Miradas

Bueno, este es mi primer post (si no tomamos en cuenta la prueba de antes U>.>)... aunque aún falta modificar mucho el estilo del blog, pero ya lo haré con más calma en unos cuantos días más. Decidí subir un poema, pero creo que antes sería bueno saber el background, así que aquí va.

Cierto día estaba en el pasillo de biblio, mirando al vacío (como siempre), y de pronto pasó un chico que llamó mi atención porque traía una camiseta muy chida de Mägo de Oz (y por otras cosas, pero no entraré en detalles)... Pasó caminando y se sentó relativamente cerca de la mesa donde yo estaba... de hecho se sentó a una mesa de distancia, pero del lado contrario al mío... bueno, el punto es que estábamos cada quién en su mesa, pero viéndonos de frente. Él se puso a hacer sus cosas, estudiar o algo... mientras yo, que no tenía nada mejor qué hacer (y por mi naturaleza stalker), lo estaba observando y tratando de ver bien su camiseta. De pronto, como si hubiese sentido mi mirada, el chico voltea justo hacia mí... y como sé disimular taan bien, miré rápidamente hacia otro lado, evitando su mirada... odio cuando pasa eso y las personas se dan cuenta que las estoy stalkeando... pero bueno, ya... pasaron unos minutos, segundos, no recuerdo, y nuevamente lo miré (no me iba a dar por vencida, quería ver esa camiseta!!!), y por desgracia, nuevamente me descubrió -__-U. Así sucedió varias veces, hasta que en una de esas fui yo quien volteó de pronto y descubrí que él me estaba viendo. Me quedé o.o wtf!, y también hice de cuenta que nada había pasado. Creo que nos miramos mutumente unas cuantas veces más, hasta que a ambos nos dio risa... una risa nerviosa, tal vez... o quizá no fue risa, sino sólo sonrisa... en fin, nunca lo sabré. Lo que sí se, es que lo que pasó me inspiró ese día a escribir un poema. Quise tratar, esta vez, de hacer un soneto... ¿que si lo logré?, no sé, pues hice una combinación medio rara de versos que riman de una forma extraña, y no tengo idea de si entre en la clasificación de soneto o no, pero bueno... es un poema, a final de cuentas.

Te veo pasar cual efímero viento,

Mas ni siquiera adviertes mi presencia.

Te alejas pronto, aunque caminas lento,

Y mi alegría fugaz se ve disuelta.

Te miro, me miras, nos miramos;

Alejo mi mirada, intimidada.

Tus ojos, dos auténticos luceros

Que pueden ver muy dentro de mi alma.

Caminando regresas, desafiante;

Y de nuevo la mirada bandida,

La sonrisa robada en un instante.

Me miras y te miro embelesada,

El ciclo sigue ya infinitamente...

Este es nuestro juego de miradas.